lunes, 11 de febrero de 2019

HISTORIA DE VIDA RELACIONADA CON LAS AFDMN


Mis primeras experiencias relacionadas a las AFDMN comienzan en una escuela de fútbol aproximadamente a los 6 años por iniciativa de mi padre. Luego, junto a mis hermanos, incursionamos en la natación hasta los 11 años. A continuación cada uno comenzó un camino deportivo distinto, y así fue como comencé a entrenar baloncesto en mi escuela, deporte que practiqué hasta hace poco, representando a mi universidad (en Chile) y entrenando dos meses junto a la selección de la Uam el semestre pasado, pero que abandoné por otras orientaciones de la vida.
Paralelamente, desde los 11 años me desarrollé en el grupo scout de mi escuela, donde permanecí 10 años realizando campamentos y actividades en el medio natural, por lo que llevo una relación muy cercana con la naturaleza a pesar de no tener un vasto conocimiento de montañismo ni grandes técnicas de orientación.
Período de iniciación: 6 a 11 años
Periodo de competición: 11 a 22 años
Periodo de formación: 6 años hasta la actualidad
Recuerdo en mi infancia que luego de los entrenamientos de fútbol, al tener un grupo tan motivado, era común quedarse jugando junto a los profesores y compañeros después de que apagaban los focos de la cancha. Realmente me generó un gusto muy grande por los deportes colectivos. Además, viajamos en dos oportunidades a jugar a Argentina, donde claramente no nos fue muy bien, pero la experiencia fue muy positiva.
Ya en la adolescencia, comencé a desarrollar una mentalidad más competitiva y junto a dos buenos amigos representamos a nuestra escuela en distintos lugares de la ciudad. Fue importante para generar lazos de compañerismo y aprender a tolerar la frustración.
Mi punto suelo lo identificaría en el año 2015 que a pesar de no haber sido un mal año, fue bajo mi nivel de entrenamiento y no estuve dedicado a alguna formación específica, ya que entre un pre universitario y  jugar ligas de fútbol, no desarrollé grandes habilidades.
Actualmente, se cruza mi punto más alto y mi  punto de inflexión al estar de intercambio en España, ya que he pulido mi forma de pensar y estoy aprendiendo muy a gusto en esta experiencia, lejos de mi casa y formándome en lo que quiero.
Como desafío vital, recuerdo en una ocasión que algún miembro del grupo scout provocó un incendio del que tuvimos que hacernos cargo muchas personas sin el conocimiento necesario. Fue un momento difícil que sacamos adelante trabajando en conjunto, construyendo cadenas de agua desde el río hasta el lugar donde estaba actuando el fuego.
Dentro de las influencias en mi desarrollo, identifico varias instituciones que han contribuido de manera positiva en las actividades físico deportivas, como lo fue la escuela de fútbol Futuro Azul, la rama de Natación del Stade Francés, el Liceo Experimental Manuel de Salas, tanto por su selección de Baloncesto como por su Grupo Scout y, actualmente, su Liga de Ex alumnos de baby fútbol.
Por otro lado, siempre compartí estos espacios con buenos amigos, por lo que en general los comentarios fueron positivos entre nosotros mismos. Familiarmente han habido refuerzos positivos desde siempre, por lo tanto existe un apoyo mutuo en cada una de las disciplinas que cada quién practica.
Un futuro negativo sería comenzar mi vida laboral y poco a poco, ir alejándome de las AFDMN por algún motivo en particular. Pero veo difícil ese camino, ya que tengo clara mi intención de dinamizar las clases de Educación Física y generar un desarrollo integral en mis futuros alumnos y alumnas, con salidas a la naturaleza y procurando generar un gusto por la misma. En este sentido, mis valores y formación continua con entornos naturales me generan grandes expectativas de educación y respeto para transmitir a los estudiantes, así como la importancia de cuidar su cuerpo y mantenerlo sano.
Una AFDMN sostenible es una actividad que genera el menor impacto ambiental posible.

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